sábado, 11 de octubre de 2008

PEREGRINO


CRÓNICA DE UN POEMA

El poema titulado “PEREGRINO” nace a la luz en mayo de 2004, es enviado a Roma con una dedicatoria especial para S.S. Juan Pablo II con la gestoría del obispado de Zacatecas, meses después se recibe del Vaticano una carta con la bendición de su santidad, para el autor del poema.

Bien pudiera decirse que ese solo hecho ya es de por sí grandioso para el poeta por las bendiciones que se reciben desde Roma, sin embargo, hay un acontecimiento que le da continuidad a la historia de esta poema.

Tras participar en el X Festival Internacional de poesía en la Habana, Cuba, en Mayo de 2005 en varios lugares y ocasiones, en mesas de lectura con poetas de distintas partes del mundo como Argentina, Ecuador, Israel, Costa Rica, Nicaragua, Suiza, etc. Corresponde como extranjero a Francisco Javier Acosta Herrera ser protagonista del evento llamado “Botella al mar” (en el festival del año anterior no participó porque la fecha de su vuelo de retorno estaba señalada precisamente para el día de ese evento).

Cada año corresponde a los poetas extranjeros que no han participado, ir a un lugar llamado EL MARIEL, subir a un barco que los lleva mar adentro para arrojar en un botella al mar uno de sus poemas, con los datos del autor y así llegara a ser encontrado por el alguien en algún lugar del mundo, establecer comunicación.

Se traslado a los poetas a un lugar en donde pudieron acercarse al mar, ahí la orilla del mar de riscos de roca volcánica, sin embargo el poema peregrino pudo al fin hacer realidad uno de sus significados al empezar a ser llevado por las aguas y tomar un ritmo y un lugar muy suyos.




Y sucede que un día del mes de Julio de 2005 el autor recibe un correo electrónico de Héctor Caro, habitante de la Habana, quien dice que un día del mes de Junio, pescando en la Bahía de Vista del Mar, en el municipio de Mariel, precisamente cuando estaban por inaugurar el monumento de Botella al Mar, se encontró la botella que tenía dentro el poema peregrino. Además la dichosa coincidencia de que precisamente Héctor Caro es el escultor del monumento de Botella al Mar.

Resulta relevante por ser un poema con su propia historia, como quizá muchos, pero particularmente bendecido, y como su nombre lo indica, PEREGRINO DE TIERRA Y MARES.

El dedo de Dios toca de manera especial algunos acontecimientos y prolonga así la presencia del Santo Padre en este poema que ha sido dedicado especialmente para Él.

Queda para constancia de ello.

Cuidad de Nuestra Señora de los Zacatecas, Julio de 2005.

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